La envidia es uno de los siete pecados capitales que posee características socialistas, porque no produce nada bueno.
La Biblia nos dice en Hechos 17:5 que “Pero los judíos, llenos de envidia, llevaron algunos hombres malvados de la plaza pública, organizaron una turba y alborotaron la ciudad; y asaltando la casa de Jasón, procuraban sacarlos al pueblo.”
Este sentimiento de querer
lo que otro tiene, puede llevarnos a un camino oscuro lleno de dolor. Podemos cometer graves errores al desear ver a otros derrotados, acabados e
infelices, solo por no tener lo que ellos sí. Hasta podemos dejar de disfrutar nuestras propias vidas, por estar al tanto de lo que hace el otro.
¿Tiene sentido esto? En lo absoluto.
¿Tiene sentido esto? En lo absoluto.
Entonces, ¿qué alternativa hay distinta a la envidia? Aprende lo que hace esa persona o con cuáles herramientas usa para ser exitosa. Realmente, la envidia se convierte en tomar el ejemplo. El profesor Benegas Lynch diría que los latinoamericanos han envidiado a los americanos que ,por el contrario, han visto en todo lo exitoso un modelo a seguir. Actitudes distintas y resultados distintos, por eso, unos son tercermundistas y los otros potencia mundial.
Llevándolo a un ejemplo cotidiano: tengo un amigo que viaja mucho y coloca fotos en Instagram muy lindas de los lugares que visita. ¿Con qué derecho me metería en su vida para desgraciarla, solo porque yo no puedo viajar tanto como él? Lo que hago es disfrutar sus fotos y tenerlo como un buen amigo que me recomendaría destinos cuando me disponga a viajar, fruto de mi esfuerzo, eso no es difícil. Él es un una inspiración, un impulso para esforzarme más y poder lograr esa meta.
Si envidias a la pareja de alguien, ¿quieres arrebatársela? Piensa primero en ti y qué tanto vale la pena ponerte en ese plan, habiendo otras personas que podrían darte mejores experiencias. El mejor ejercicio que puedes hacer es desearles una vida buena junta, fortuna y éxitos. Eso es ser gente decente, ni siquiera buen cristiano en caso de que no te agraden las escrituras.
Entre mujeres la envidia es catastrófica, así lo dice la experiencia propia y de amistades. Mujer, si ella tiene un cuerpo espectacular o una nariz linda, además es inteligente y tiene todo para ser feliz, aléjate de ella si no dejas de pensar en sus bondades con rencor. Una mujer que vale la pena disfrutará de las virtudes de otras mujeres, felicitará a quien sea mejor que ella o tenga mejor fortuna y querrá consejos de quien se preste, para ella misma mejorar.
Ten en cuenta que SIEMPRE habrá alguien mejor que tú y el esfuerzo propio es lo único que te llevará a la posición que tanto deseas de manera honrada. Si viene viciado, bien sabemos en qué terminan las personas que juegan sucio.
Envidiar es común en los socialistas, roban y humillan a los demás, solo porque tienen complejos de superioridad y andan frustrados por la vida.
Un socialista posee celos de la virtud de crear riqueza, porque sabe que en su vida podrá por sí mismo hacer algo que valga la pena, por eso arrebatará la dignidad de aquellos que sí pueden, para que se arrodillen ante el poder del Estado.
En conclusión, lo deseable es no envidiar, pero somos humanos, este sentimiento es parte de nosotros. La envidia solo te servirá de manera positiva cuando sea un estimulante para mover tu energía con más dedicación en cumplir tus metas. Si para ti es imposible y quieres arruinar al otro, te irá mal, porque siempre las personas se alejan de los incapaces. Además, tu plan de alterar su éxito ajeno puede ser descubierto, dejándote muy mal parado y muy probablemente, en desgracia.
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