En Venezuela, durante el
apagón en los primeros dias de marzo, se dieron manifestaciones espontáneas del mercado como sucedió con la
carga de teléfonos a 1$ por 10 minutos, con plantas eléctricas de particulares.
Muchísima gente se volcó en contra esta iniciativa ya que, la valoraron como
“malvada” al aprovecharse de la necesidad ajena. Están equivocados y les
explicaré el porqué:
Una cosa es la incapacidad
de la gente para entender el mercado y otra es la solidaridad. Se reniega del
capitalismo, cuando es el socialismo el que metió a Venezuela en el camino de
servidumbre. No es ser un cerdo sin corazón, es tener sentido común, es
comprender que existen necesidades cubiertas con intercambios previamente
consensuados y que pueden ser expresados
en metálico, bienes, servicios o con un simple ¡gracias!
Por cierto, usted no
necesita una ley que regule la carga de teléfonos con plantas eléctricas ¿va a
seguir metiendo al Estado en asuntos privados?
La pobreza de los países atrasados se debe a que sus métodos expoliatorios, su discriminatorio régimen fiscal y su control cambiario impiden la inversión de capital extranjero, mientras la política económica interna dificulta la formación del propio.
Ludwig von Mises en La mentalidad anticapitalista
Comprenda que en Venezuela
el único mal es el socialismo que eliminó su capacidad de generar riqueza. Nada
es gratis en esta vida, nada. El que quiera cosas gratis que saque de su
bolsillo para regalar, porque con bolsillo ajeno todos somos “solidarios”.
El liberalismo no es
mezquindad, todo lo contrario, crea los mecanismos para que las personas sean
solidarias con el prójimo. Mientras que el socialismo reparte la riqueza y nos
trae muerte.
¡Oh! ¡Claro! vamos a seguir
de resentidos castigando a la iniciativa privada, sabiendo que las empresas que
de verdad podían hacer algo significativo con el apagón nacional están
quebradas, gracias a los controles, o se fueron del país porque las iban a expropiar,
saquear o extorsionar.
No
es un tema moral. Cada quien hace con su propiedad lo que
quiera. Quien se lucre con su planta eléctrica bien, quien regale su energía,
exponiéndose a que se la roben y no pueda reponerla, también.
No
es falta de empatía. Decir que no se tiene empatía es un
argumento socialista. La caridad es
voluntaria, no obligada. Y no todos actúan igual, algunos sí regalaron su
energía.
Así es el mercado, duélale a
quien le duela y el que no entiende esto es porque ama el hueco tercermundista
en el que se encuentra Venezuela.
Publicado en Mises Repor
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