Yorbis Esparragoza | Filosofía antimarxista

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lunes, 31 de diciembre de 2018

El "matrimonio gay" no existe

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¿Qué es el matrimonio? Por lo general, se dice que es la unión legal (posiblemente religiosa sí es deseado) entre dos personas que se quieren y respetan, para cumplir proyectos en común.

Aunque es una definición un poco escueta, creo que abarca lo que por consenso más o menos todos entendemos por matrimonio. Ahora bien, la definición anterior está errada.

Un matrimonio no es la unión de dos personas solamente, ahí falta incluir algo muy importante, los sexos que se unen: hombre y mujer. Por tanto, preguntemos de nuevo ¿qué es el matrimonio?, ¿le parece ofensivo o que va en contra de la minoría LGBTIQ+? Veamos lo siguiente:

La palabra matrimonio viene del latín matrimonium, la cual proviene de matrem (madre) y monium (calidad de). Esto quiere decir que la madre como poseedora de matriz se une al varón para perpetuar la raza humana mediante la concepción. Ese es el verdadero significado de la palabra matrimonio.
Si bien la RAE en el 2012 modifica el término mediante la presión ejercida por grupos que necesitan avalar las uniones homosexuales a nivel mundial, como un derecho para adquirir privilegios que no deben otorgarse, etimológicamente no corresponde, ni que lo forcen.

¿Qué se puede hacer? Entre los que estamos a favor de las libertades individuales no nos importa con quien desee unirse el prójimo, la figura que estorba aquí no somos los herterosexuales tradicionalistas, sino el Estado. Quien otorga el permiso para hacer las uniones entre individuos como si fuese la gran autoridad controladora de nuestras vidas es el Estado. Pero ¿cómo resolvemos el tema de la "unión homosexual"? al igual que cualquier otro pacto, contrato o convenio; esta unión se manejaría en el espectro de lo privado. Se colocarían las capitulaciones necesarias, firman los interesados, el notario y se acabó.

Si al caso vamos, la "unión homosexual" privada cierra un capítulo preocupante sobre quién heredará o no, luego de la muerte de alguno de los dos o ambos inclusive.
Lamentablemente, hay un deseo mayor a éste, ya que la unión no persigue como fin suprimir la angustia del vacío legal que pueda existir sobre la herencia, sino para forzar la institución anterior al Estado denominada familia. La "familia homosexual" no se encuentra completa sin la concepción. Como entre homosexuales es imposible tener hijos naturalmente, surgen alternativas caprichosas.  

La necesidad de una “unión homosexual” a tener hijos es dañina para la sociedad y esto se debe a que el capricho se le resuelve a los adultos, cuando jamás se toma en cuenta la estabilidad psicológica y emocional del menor, ya que los riesgos a los que se expone son altos. El lobby LGBTIQ+ repite constantemente que un niño solo necesita amor, pues no, diversos especialistas niegan esa premisa romántica.

A saber, la psicóloga Trayce L. Hansen explica que "Sólo los padres heterosexuales ofrecen a sus hijos la oportunidad de establecer relaciones con un progenitor del mismo sexo y del contrario" (Ampliar aquí). Por otro lado, el Dr. George A. Rekers, profesor de Neuropsiquiatría de Ciencias del Comportamiento en la Universidad de Carolina del Sur, explica que detrás de estas bondadosas intenciones de adopción existe la pedofilia en población homosexual, porcentajes de sida, de violencia doméstica entre homosexuales y de desórdenes psiquiátricos entre homosexuales. En su informe, concluye que el Estado “no debe emplear a los niños como conejillos de indias en el servicio de un agenda política o de un determinado grupo de presión” (para ampliar en español, informe en inglés).

Es importante acotar que la homosexualidad no es el problema, ni tampoco se quiere afirmar que todos los homosexuales son pedófilos, violentos o disfuncionales mentalmente; sino que hacer uso del Estado (entiéndase del dinero público sacado de nuestros bolsillos) para abusar de las instituciones tradicionales e imponer lo que la pluralidad de gustos quiera, sí es un problema y al menos yo, así como una gran cantidad de conservadores, no lo vamos a permitir. Conjuntamente con la libertad, trabajan el respeto a las tradiciones y la responsabilidad individual. Así funciona una sociedad. Recordemos que el fin último de los marxistas es la destrucción del capitalismo y ¿cómo lo logra? atentando contra la familia, mediante la fuerza opresiva del Estado todopoderoso.


Además, cada homosexual debe hacerse cargo de la responsabilidad que conlleva haber tomado la decisión de ser distinto a lo dictado por la naturaleza, lo cual, no implica que se deba someter a abusos e improperios, sino que su libertad llega hasta donde comienza la libertad del otro (llámese niño adoptivo también ¿o no?).

1 comentario:

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