
Henri Bergson, en su texto titulado La
risa escrito en 1899, específicamente en el Capítulo Primero: de lo cómico en general. Lo cómico de las formas y lo
cómico de los movimientos. Fuerza expansiva de lo cómico; define al hombre como el único animal
que hace reír, porque es ridículo.
De acuerdo con el mencionado autor, todo lo que se encuentre fuera de lo
humano no es irrisorio. Un paisaje, un animal o una cosa pueden ser cómicos
sólo si se le humaniza. Cualquier vinculación que tienen estos elementos con el
hombre, semejanza o uso es lo que se necesita para ser cómico. Por tanto, el
hombre en si mismo es ridículo. La risa sólo tiene como esencia lo humano.
Asimismo, Bergson indica que este acto exclusivamente humano es causa para
que el hombre se convierta en un ser insensible, afirmando que para reír hay
que dejar de sentir. Por más que se respete y ame a una madre, basta con que
realice algo ridículo para callar tales sentimientos y reír. Por tanto, el
hombre usa la inteligencia más no el corazón cuando ríe. La risa produce
consuelo ante la angustia existencial inherente a la condición humana.
Para Bergson, el hombre ha usado la risa como un acto social de complicidad,
además de ser muy focalizado, hay que concentrarse en el agente ridículo. Pero
como se extrae de la inteligencia humana, necesita tener una carga semántica de
antemano para que se desencadene. Por ejemplo, en un acto de humor en los que
se traten temas de la actualidad política y económica de Venezuela, reirán todos
los que estén enterados de los acontecimientos diarios del país, mientras que alguien
desinformado no podría ni siquiera entender qué es lo cómico.
De igual manera, sostiene que un hombre ridículo es inconsciente de ello
hasta que se le hace saber que lo es, desde ese momento tratará de ocultarlo,
al menos en lo externo. “Se puede afirmar que la risa castiga las costumbres, haciendo
que nos esforcemos por parecer lo que deberíamos ser, lo que endeblemente
llegaremos a ser algún día” (Bergson, 1985; p. 16).
En una sociedad en donde reina la rigidez del cuerpo, del espíritu y del
carácter, surge lo cómico como técnica para darle elasticidad a la vida
individual y social, usando la risa como instrumento. Para Bergson, la risa
constituye el mecanismo por el cual la sociedad se perfecciona y aviva, de lo
contrario el mundo estaría adormecido en la rigidez. “La risa, algo humillante
siempre para quien la motiva, es verdaderamente una especie de broma social
pesada.”. (p. 49)
Entonces ¿Por qué el hombre ríe?. Bergson indica que el hombre ríe porque
imita los gestos mecánicos y uniformes de otros (repetitivos aún mejor), y por
lo tanto, ajeno a la personalidad de uno mismo. Un ejemplo de ello es la moda,
es ridícula en si, lo cómico está latente. Sin embrago, las personas se
acostumbran tanto a lo que se usa actualmente, que ya no produce risa. Pero si
vemos en la calle a alguien vestido a tono con la moda de los años 80, como ya
no es consonó con lo acostumbrado se torna ridículo. Lo cómico proviene del
rompimiento con lo cotidiano.
En este sentido, la risa precede de lo externo, de la forma misma, una
actitud, un gesto, una situación, un acto, una palabra. En el texto, Bergson no
atiende sobre la burla hacia uno mismo de manera extendida sólo indica que el
hombre ridiculiza su cuerpo para expresar que algo le estorba. Tampoco explica
sobre lo contagioso que puede llegar a ser la risa.
Para resumir, según
Bergson: rigidez: automatismo, distracción, insociabilidad, todas estas
palabras vienen a designar la misma cosa y de todos estos elementos se forma lo
cómico de los caracteres. Al desechar todo cuanto interesa ante la sensibilidad
y de cuanta cosa conmueva, todo quedará en el mundo de la comicidad. Y lo cómico
estará en razón directa de la rigidez que se manifieste.
Referencias bibliográficas
Bergson, H.
(1985). La risa. Madrid: Proyectos
Editoriales, S. A.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Coloca aquí tu comentario. Me gusta saber la identidad de los que comentan así que debes tener cuenta google ;)