Un político trabaja no trabaja con dinero sino con el de los demás
La deontología es la parte de la ética que estudialos deberes tanto de casos específicos, en la vida cotidiana, como del comportamiento armónico entre ciudadanos ¿Qué tiene que ver esto con el título del artículo? Si lo analizamos bien, tiene que ver mucho y se lo explico con dos ejemplos:
Los
parásitos conocidos. Algunos hombres descaradamente viven de sus
padres hasta los 30 años más o menos, cuando le baja un poco la cuota porque
consiguen vivir de su pareja o de algún amigo, todo puede variar dependiendo
del nivel de manipulación.
Por supuesto, esto no
indulta a las mujeres pero, por lo general, algunas hacen otras jugadas para
ser parásitos. Hacerse la víctima, la sufrida, la poco amada, la fea o
incomprendida; son parte de los anzuelos usados para conquistar huéspedes.
Ambos casos se logran mintiendo,
teniendo doble moral: una perfecta construida con ayuda de familiares y amigos
alcahuetas (víctimas que en su momento fueron buenos huéspedes) y aquella moral
que pregona. Todo parásito tiene ego elevado, que raya en la pedantería. Realmente,
su moral es negra y putrefacta, como su alma.
¿Cómo logra el parásito
vivir de su huésped? el parásito detecta alguna debilidad afectiva, que
aprovecha a su favor, logrando así obtener beneficios sin mucho trabajo. También,
la belleza tiene mucho que ver con algunas de las estrategias del parásito en
la vida del huésped. Si es poco/a agraciado/a físicamente suele ser muy
inteligente, esos son los peores y más peligrosos. Los parásitos bellos son más
torpes en la manipulación (se confían mucho) y el encanto se acaba con el
tiempo. Solo bosquejo generalidades, hay casos de casos.
El parásito vive de la buena
voluntad, la ingenuidad y el poco amor propio de su huésped.
Los
parásitos desconocidos. Este tipo de parasito no tiene que ver
con el aprovechamiento de uno o algunos, sino de todo un país y sin que se den
cuenta: el que vive del Estado. Uno de mis mentores en liberalismo,
Henry Leal, hace poco me dijo algo muy obvio (pero a veces lo obvio no lo
vemos) “la servidumbre te facilita el ser un parásito, no por el hecho de ser
fácil, sino porque no hay muchas opciones”. Por eso vemos en Estados
totalitarios como Cuba, Nicaragua, Venezuela y pronto México; como hay bonos
por cualquier cosa o festividad: niñez, juventud, vejez, madre soltera, madre
del barrio, discapacidad, embarazo, Día de Reyes, Niño Jesús, Guerra económica,
Batalla “X”, Día del padre, Día de la madre, etc.
Date cuenta que en un mes es
posible cobrar más de un bono. No obstante, se sabe que con los controles
económicos de estos países, los bonos no dan soluciones, sino efectos placebo.
También, date cuenta que
todo lo dado por el Estado no sale del bolsillo de los políticos, sino de los
contribuyentes. Mucha gente vive de ti y no lo sabias.
Entonces, la deontología del
parásito se refiere en arrimarse a otro para obtener lo que se necesite con
poco o nulo esfuerzo, no importa la naturaleza del huésped; eso sí, no debe
morir. El reemplazo de un huésped debe ser visto y planificado con
anticipación.
¿Ya ve por qué un parasito
es útil para el gobierno que suprime libertades y los próximos que no ofrecen
cambio de sistema, sino el nombre de los líderes?
¿Entiende que para dejar de
mantener a otros, al menos con los parásitos no conocidos, es importante el
cambio de sistema?
Publicado en Mises Report
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