Buscando un tamagotchi

Ésta Navidad e 2017 quise hacer un regalo distinto, recordé que de pequeña tuve varias mascotas virtuales y me propuse conseguir una por los locales de chinos del centro de Caracas. Lo que conseguí fue lo esperado ante tanta desidia socialista. Los locales estaban abiertos, pero casi vacíos. Recuerdo que de niña mis padres me llevaban y no cabía un alma, veías cuanto periquito imagines, salías de la tienda con más de lo que pensabas y muchas pilas para la cantidad de jugueticos que se rompían a la semana. Comprabas desde la extensión para el arbolito, hasta el rayador de queso que se te rompió.

Ahora, los anaqueles  se encuentran a medio llenar con la única mercancía que tienen: algunos platos y vasos de plástico; no hay nada en los depósitos. Son como 8 tiendas y ninguna estaba llena de gente. Se nota que no pudieron traer nada por la aduana, están trabajando con lo que quedó de años anteriores. En el 2018 no habrá nada más que vender.  

Recordé que necesito dos bombillos y que mi mamá tiene su casa a oscuras, por lo que aparte del tamagotchi preguntaba también por ellos. Pocos tenían, donde conseguía con luz blanca no bajaban de Bs. 300. 000,00; no pude comprarlos. En donde conseguí muy baratos (luz amarilla, posiblemente se quemarían a los días) costaban Bs. 16.500,00 pero no tenían punto de venta. Para los que no son de Venezuela, en el país hay problemas para conseguir puntos de venta, los establecimientos que quedan con punto sufren por las líneas colapsadas y el poco mantenimiento que hay; una transacción puede durar 10 minutos o no suceder.

Regresé a casa con las manos vacías, triste y molesta a la vez.

Algunos dicen que el problema está en que las libertades económicas te las das al negociar con bitcoin o dólares a pesar de que hay controles. No, como comerciante es distinto: en Venezuela no hay libre cambio, debes pedirle los dólares al Estado para importar; como el Estado no tiene dólares, no lo puedes hacer. Así sucede con las medicinas, los productos agrícolas, la comida, etc. Ah! La producción nacional no cubre la demanda del país, así que no puedes contar con la mercancía local.

¿De qué vale hacer transacciones con dólares o bitcoin sino hay productos? En el 2018, tendremos dinero, pero no mercancía para comprar. El problema no es con cual moneda hagamos negocios, sino el Estado y sus controles que evitan el libre mercado. El problema es el socialismo y sus artimañas para hacerse dueño de los medios de producción y redistribuir la riqueza, o mejor dicho, la miseria.

Este es mi último ensayo del 2017, felices fiestas y próspero año 2018 para los que están fuera del país. Para los que seguimos aquí, mucha fuerza y compartan en familia lo más que puedan, 2018 será muy duro. 


Actualización al 2019
El 2018 fue tal como lo escribí, muy duro, hubo dinero (cierta capacidad claro), pero no productos suficientes. 
Este 2019, ahora hay productos procedientes de las las mafias del Estado que han diversificado el mercado. El poder adquisitivo es insuficiente, porque aun no hay libre cambio, solo se despenalizó el uso del dólar, ya que, eran evidentes las transacciones en esta moneda, ante un Bolívar devaluado. 
En cada Estado del país hay una realidad parecida, la falta de luz constante hace que unas lentejas sean codiciadas, porque se ablandan más rápido a leña. Caracas aún es una burbuja de privilegios.