¿Quién
no se ha sentido subestimado, explotado o ignorado? ¿Sabe Ud. que a algunas
personas les conviene que se sienta así?
Los
candidatos a la presidencia de un país se han aventajado de este malestar al
momento de vender su proyecto. Los ancianos que no poseen pensión ni
hogar, los desempleados, marginados, pobres e ignorantes han sido el voto fácil
en lo que América Latina se refiere.
Venezuela: La
cultura del pobrecito. Son muchos los ciudadanos cuya arrogancia se encuentra en
permanente conflicto con una sociedad que no le entrega (según sienten), lo que
les ha merecido por simplemente, ser venezolanos. Esto los lleva a sentirse
menospreciados, que en su trabajo (si es que lo tienen) no lo toman en cuenta o
lo explotan hasta más no poder, haciendo más de lo que el contrato establece
porque cree que por «colaborador», le van a subir el sueldo mínimo que
tiene desde hace años. Además, debe ser agradecido y conformista por
cualquier tendida de mano que se le da.
Por otro lado, está aquel cuya conducta es similar a la de un niño, que cree
que con una actitud temeraria e irresponsable podrá conquistar sus más
profundos deseos.
Entonces,
cualquier «ayudita» que el futuro gobierno le dé será retribuida con el voto
perpetuo. Me refiero a la casita que no puede comprar con el sueldo mínimo, a
la bequita para su esposa ama de casa y la pensioncita para su papá que no tiene
con que comprar la media de anís.
Y
así ganó un Chávez en Venezuela, por ejemplo. Tomó en cuenta a aquel sector de
la población automarginada por años. Se ganó a jóvenes recién salidos del
bachillerato (mal educados), ancianos (incapaces de prever el futuro), pobres
(porque la inflación los aplasta), campesinos, obreros, indios, cristianos,
evangélicos, artistas populares, etc. La mayoría entraba dentro del mismo
patrón: ¡No se sentían tomados en cuenta por el sistema! ¿Por qué? Porque en
Venezuela acostumbraron al pueblo a esperar de papá Estado su colaboración en
aspectos de la vida privada. Eso lo hace la socialdemocracia y lo intensifica
el socialismo que suprime totalmente tu inteligencia tomando decisiones
por ti.
El
miedo al cambio. A esta mayoría que salió de la clandestinidad le han metido
en la cabeza que cambiando de administración serán pisoteados, humillados,
burlados y regresados a las cavernas. Ha sido la trampa casa bobos del
oficialismo y les ha funcionado muy bien, tanto que defenderían al «Comandante
Eterno» con sangre si es posible. Y como no existe una oposición verdadera,
desde el punto de vista del planteamiento político y plan para el país, con
movilidad social por méritos, pues crean el caldo de cultivo para la
«especulación» y la violencia.
No
obstante, muchos han despertado y piden un cambio ¿cuál? no saben, sólo saben
que lo vivido en el presente no funciona pero no desean regresar al pasado (AD,
COPEI, MAS…).
Lamentablemente,
en Venezuela no existe la educación política y los medios de comunicación crean
la matriz de opinión que les da la gana. Tanto así que artistas son lanzados a
alcaldes o gobernadores y ganan porque son populares, pero de políticos no
tienen ni un pelo. Y aunque el ciudadano intente entender lo que pasa en el
país, sin fundamento bibliográfico le será imposible ya que, será absorbido por
la payasada del día del Presidente.
Si
hay una salida. El problema de Venezuela y el resto de Latinoamérica no es quien
esté ocupando la silla presidencial, sino EL SISTEMA. La socialdemocracia y el
socialismo no han funcionado en traer la felicidad, pero sí en alcanzar
constantemente el poder ¿Por qué? Porque han intentado regular el aparato
económico y social; y llevamos bastante historia acumulada como para entender que
seguimos siendo un país tercermundista «potencia», que nunca termina de cuajar
y seguimos creyendo que el petróleo es la fuente de «riqueza» cuando es sólo un
recurso ¿Qué necesitamos? El libre mercado y una moneda dura que elimine la
acelerada inflación que nos consume el sueldo. La estatización no es la que nos
sacará del hueco en donde nos hemos metido por ignorantes y facilistas, sino
robustecer el derecho a la propiedad privada.
En
Latinoamérica se ha satanizado al capitalismo (como que si todos fuesen
iguales) y éste es el que nos ha otorgado absolutamente toda la tecnología que usamos, duélale a quien le duela. No existe en el planeta avances ni
intelectuales, ni tecnológicos, ni económicos cuando se implanta un gobierno
socialista; que sí otorga atraso, desempleo, ignorancia, muerte y mucha
pobreza ¿A quién le gusta eso? Sólo a los cabecillas del plan porque a ellos
no les duele su país, ya que son unos psicópatas.
Seamos
libres, capitalistas liberales y veremos como el tercer mundo se transforma en
una sociedad próspera, basada en verdadera riqueza.
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