Más como Singapur, menos como Venezuela

Índice de Libertad Económica -2020 por la Fundación Heritage

La Fundación Heritage es una institución creada en 1973 por el movimiento conservador de Estados Unidos, se encarga de promover los principios de la libre empresa, el gobierno limitado, la libertad individual y una fuerte defensa valores tradicionales de ese país. Desde 1995, cada año publica el Índice de Libertad Económica y detalla cuatro categorías: El estado de derecho, tamaño del gobierno, eficiencia regulatoria y apertura de mercados.

En el Índice 2020, Singapur se posiciona como la economía más libre del mundo con un puntaje de 89,4 y ocupa el primer lugar de los 42 países que conforman Asia y el Pacífico.

Con una inflación de 0,4%, una población de 5.6 millones, PIB de $565.8 mil millones lo que representa 3,3% de crecimiento anual compuesto de 5 años; Singapur gana el primer lugar este año por primera vez. Su desempeño sostenido ha sido extraordinario lo convierten en uno de los ingresos per cápita más altos del mundo ($100.345).

La Fundación Heriage hace énfasis en el régimen político de Singapur:

El primer ministro Lee Hsien Loong ha liderado el gobierno desde 2004 y supervisará una transición de liderazgo del PAP antes de las próximas elecciones parlamentarias, que están programadas para 2021. Aunque ciertas libertades civiles siguen siendo restringidas, el PAP ha defendido la liberalización económica y el comercio internacional. Los servicios dominan la economía, pero Singapur también es un importante fabricante de productos electrónicos y químicos y opera uno de los puertos más grandes del mundo. Las principales exportaciones incluyen circuitos integrados, petróleo refinado y computadoras.

Singapur ha pasado en apenas unas décadas, de ser un pequeño núcleo poblacional poco industrializado, a uno de los 10 países más prósperos y ricos del mundo. Posee libre mercado, baja presión fiscal, facilidad para abrir empresas, gobierno limitado, evita el endeudamiento público y se enfoca mucho en la educación. El gasto gubernamental ha ascendido al 17,2% del PIB en los últimos tres años y los excedentes presupuestarios han promediado el 4,7% del PIB. La deuda pública es equivalente al 108,3% del PIB.

En la llamada “Ciudad de los Leones”, las empresas extranjeras y nacionales son tratadas por igual en la ley y casi todos los sectores de la economía están abiertos al 100% a la inversión extranjera. El sofisticado sector financiero es robusto y el número de bancos extranjeros en el mercado ha aumentado constantemente.

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Ahora hablemos sobre Venezuela, un país con extensos recursos que no les ha servido para nada, sino para una sensación de riqueza ficticia, todo ello debido al sistema que la corroe desde hace mas de 60 años, el socialismo. Básicamente, la corrupción, la intervención en la economía y la falta de institucionalidad la hacen tener 25,2 puntos y estar por cuarta vez consecutiva en el puesto 179/180 del Índice de Liberad Económica.

Gracias al socialismo del SXXI, Venezuela tiene una inflación de 1.000.000% que afecta a una población de 30 millones, su PIB es de $277.8 mil millones, lo que representa un 12,2% de crecimiento anual compuesto de 5 años. Respecto a Latinoamérica, este país ocupa el puesto 32/32. La fundación Heritage indica:

La libertad económica se ha sofocado en Venezuela bajo el régimen de Maduro. Si un gobierno de transición pudiera tomar el poder y comenzar el largo retorno a la democracia de mercado, tendría que terminar con la hiperinflación, reestructurar la deuda pública y reconstruir las instituciones para restaurar la confianza y promover la inversión. Cuba, Rusia y China han aumentado su asistencia a Maduro, cuyo régimen está respaldado por los ingresos del narcotráfico, la minería ilegal de oro y los intercambios en especie de petróleo por bienes.

Eso es un excelente resumen de lo que ocurre hoy día en Venezuela. Otros datos de interés son el precario estado de derecho donde la criminalidad, el derecho de propiedad y un sistema judicial viciado; brindan a los venezolanos un constante y sostenido estado de indefensión, frente al gigantesco control estatal que opera junto el crimen organizado y cuyo gasto aumentó un 33,5% en los últimos tres años. La deuda pública es equivalente al 175,6% del PIB.

No existe incentivo alguno para la inversión privada puesto que los créditos van de la mano con la tendencia política. La taza arancelaria promedio aplicada es de 11% y están vigentes 134 medidas no arancelarias.

Entonces, ¿qué espera el mundo para copiar el buen ejemplo de libre mercado de Singapur y dejar los modelos socialistas como el aplicado en Venezuela?

Muchos tendrán sus reservas respecto a las libertades civiles en Singapur, pero seamos honestos, tanto Venezuela como otros países secuestrados por el despotismo, requieren de mano dura, para ser lo que nunca han sido: ejemplos de institucionalidad, libertad, respecto a la propiedad privada, justicia y progreso.