El Banquete tiene como eje principal un diálogo que
gira en torno al Dios Eros, justo cuando se da un festín celebrado por Agatón
(joven actor griego). Reunido éste con Erixímaco, Fedro, Pausanias,
Aristófanes, Sócrates, Alcibíades, Aristodemo y otros más; surge como tema
darle elogios al Dios Amor. Desde el punto de vista erótico y no filial, cada
uno de los antes mencionados de manera muy elocuente expresa su punto de vista de Eros,
apreciándose que de forma paralela se otorgan elogios hacia Sócrates, filósofo
que se ha ganado un puesto importante dentro de la sociedad griega y que tan
sólo su presencia produce exaltación, alegría, deseo y celos por quien logre
estar a su lado y disfrutar de su afable compañía.
Cuando Sócrates
se queda ensimismado pensando antes de llegar a casa de Agatón, se le deja en
paz aunque muchas veces se mandó a llamar. Esa sensación de que el ser amado
está cerca, pero que no termina de llegar por dejarlo quieto dentro de sus
reflexiones, podría decirse que es una manifestación de amor. Eros produce en
nosotros la existencia de una lucha interna en donde permanece la idea de
hacerse dueño del ser amado, pero por respeto a su individualidad se le concede
la libertad para ser tal cual es. Pues amor es libre y no se le puede forzar,
de lo contrario, no se llamará amor sino capricho y esta cualidad lo hace
único, incondicional, perfecto.
Pienso que la conexión existente entre lo bello y el amor en el
diálogo, se da en primera oportunidad cuando interviene Pausanias y hace
mención de que el amor vulgar es el que sólo está ligado a lo carnal haciéndolo
impuro, ya que se encuentra en cualquier lado. Estoy de acuerdo cuando explica
que el tiempo es quien determinará si un amor es vulgar o noble, puesto que se
asemeja a la lija fina que va puliendo la piedra, quitándole cada imperfección
hasta volverla brillante. Y esto sólo se da porque se le ha trabajado
lentamente, de lo contrario, un tallado brusco y rápido daría un mal acabado.
Así es el amor,
de a poco se va moldeando hasta hacerlo sólido e indestructible. Para cada
pareja habrá un momento en el cual se sabe si funcionará o no la relación. Si
es carnal, la magia puede durar un día, meses o pocos años. Si es amor noble
durará por siempre. Lo que hace bello a este amor es cuando se le agrega
el aspecto espiritual. Suelo decir que se ama con el alma, la mente, el cuerpo
y el corazón; porque ese sentimiento produce satisfacción en cada uno de estos
aspectos. Es así como el deseo y la experiencia de lo bello eleva el espíritu.
Quien ama o haya
amado de esa manera, puede decir que conoce las etapas del erotismo,
romanticismo, la delicadeza, la pasión, el sacrificio, la entrega, entre otros.
Poder “tocar” al ser amado en cada uno de esos puntos lo hace además de
perfecto, bello. No es fácil consolidar a un amor de esa manera, pues en él
convergen múltiples factores que parecen ser una conspiración cósmica para
colocar a dos personas en el justo momento y lugar ¿será que el amor se da por
casualidad o causalidad?
Lo ideal en el
amor es darlo y recibirlo. Dos se vuelven uno para satisfacer sus más profundos
deseos. Erixímaco indica que entre opuestos se crea armonía, como los agudos y
graves conforman armonía musical. Muy parecidamente lo dice Aristófanes cuando
indica que antes había un tercer sexo en el que se unían dos en uno sólo, que
por pecar de soberbios Zeus los separó para que anduvieran uno en la búsqueda
del otro durante toda su vida. Este relato tilda de poético, además de bello;
pues no hay nada más hermoso que amar a la persona que nos complementa, de
encontrar a nuestra media naranja y que sea mutuo el sentimiento. Después de
eso no veo razón alguna por la cual haya que buscar más, si ya se ha encontrado
a esa otra alma que llena nuestros propios vacíos.
En este mismo
orden de ideas, el mencionado filósofo hace mención en que “… los hombres no
han llegado aún en manera alguna a sentir en sí la potencia de Amor…” (p. 111),
pues no se han dignado a unirse dos como uno para salvar a la humanidad. Y ante
esta cuestión surge la pregunta ¿se puede vivir sin amor? Pareciera que la vida
encuentra su verdadero sentido cuando se impregna de los sentimientos propios
de la vida humana.
No obstante, el
diálogo nos indica que Eros sale y entra del alma sin que nos demos cuenta. La
experiencia nos dice que el amor no avisa y sólo nos damos cuenta que estamos
enamorados, cuando el amado está dentro de nuestros pensamientos en cada
momento y se desea tener cerca a cada instante. Y de esta manera se hacen locuras,
el amante logra soportar vergüenza por el amado. El poder del amor, otorga
valentía. Las obras bellas de Eros otorgan el perdón y la redención. Lo amargo
de ello sería que no fuese reciproco y cada esfuerzo se de en vano. Dos
haciendo unidad es lo ideal.
Sobre el origen
de Eros, muchas son las teorías que se muestran en El Banquete, eros
ama la belleza, pero él no es bello y como lo bello es bueno, Eros no lo es; ni
tampoco es un Dios porque los dioses son bellos y buenos. Entonces, Eros es un
demonio mensajero que se encuentra en el justo medio entre los mortales y los
dioses. Surge con el aporte de Sócrates la frase amor platónico, pues es aquel
que se desea más no se tiene.
Eso convierte al amor en un sentimiento que
produce sufrimiento, amar implica a su vez sufrir, pues en muchas oportunidades
desear lo que no se tiene produce ansiedad, celos, inquietud, desconcentración,
lágrimas y desdicha. Y de igual manera, la desdicha se mantiene mientras el
amor está. Cuando se ama se desea que el amado esté por siempre a nuestro lado
y eso produce intranquilidad. Muchos se encuentran conscientes de ello y toman
el riesgo, porque amar produce la sensación de estar vivo.
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