Yorbis Esparragoza | Filosofía antimarxista

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martes, 4 de agosto de 2015

Platón- El Banquete

El Banquete tiene como eje principal un diálogo que gira en torno al Dios Eros, justo cuando se da un festín celebrado por Agatón (joven actor griego). Reunido éste con Erixímaco, Fedro, Pausanias, Aristófanes, Sócrates, Alcibíades, Aristodemo y otros más; surge como tema darle elogios al Dios Amor. Desde el punto de vista erótico y no filial, cada uno de los antes mencionados de manera muy elocuente expresa su punto de vista de Eros, apreciándose que de forma paralela se otorgan elogios hacia Sócrates, filósofo que se ha ganado un puesto importante dentro de la sociedad griega y que tan sólo su presencia produce exaltación, alegría, deseo y celos por quien logre estar a su lado y disfrutar de su afable compañía.
Cuando Sócrates se queda ensimismado pensando antes de llegar a casa de Agatón, se le deja en paz aunque muchas veces se mandó a llamar. Esa sensación de que el ser amado está cerca, pero que no termina de llegar por dejarlo quieto dentro de sus reflexiones, podría decirse que es una manifestación de amor. Eros produce en nosotros la existencia de una lucha interna en donde permanece la idea de hacerse dueño del ser amado, pero por respeto a su individualidad se le concede la libertad para ser tal cual es. Pues amor es libre y no se le puede forzar, de lo contrario, no se llamará amor sino capricho y esta cualidad lo hace único, incondicional, perfecto.
 Pienso que la conexión existente entre lo bello y el amor en el diálogo, se da en primera oportunidad cuando interviene Pausanias y hace mención de que el amor vulgar es el que sólo está ligado a lo carnal haciéndolo impuro, ya que se encuentra en cualquier lado. Estoy de acuerdo cuando explica que el tiempo es quien determinará si un amor es vulgar o noble, puesto que se asemeja a la lija fina que va puliendo la piedra, quitándole cada imperfección hasta volverla brillante. Y esto sólo se da porque se le ha trabajado lentamente, de lo contrario, un tallado brusco y rápido daría un mal acabado.
Así es el amor, de a poco se va moldeando hasta hacerlo sólido e indestructible. Para cada pareja habrá un momento en el cual se sabe si funcionará o no la relación. Si es carnal, la magia puede durar un día, meses o pocos años. Si es amor noble durará por siempre.  Lo que hace bello a este amor es cuando se le agrega el aspecto espiritual. Suelo decir que se ama con el alma, la mente, el cuerpo y el corazón; porque ese sentimiento produce satisfacción en cada uno de estos aspectos. Es así como el deseo y la experiencia de lo bello eleva el espíritu.
Quien ama o haya amado de esa manera, puede decir que conoce las etapas del erotismo, romanticismo, la delicadeza, la pasión, el sacrificio, la entrega, entre otros. Poder “tocar” al ser amado en cada uno de esos puntos lo hace además de perfecto, bello. No es fácil consolidar a un amor de esa manera, pues en él convergen múltiples factores que parecen ser una conspiración cósmica para colocar a dos personas en el justo momento y lugar ¿será que el amor se da por casualidad o causalidad?
Lo ideal en el amor es darlo y recibirlo. Dos se vuelven uno para satisfacer sus más profundos deseos. Erixímaco indica que entre opuestos se crea armonía, como los agudos y graves conforman armonía musical. Muy parecidamente lo dice Aristófanes cuando indica que antes había un tercer sexo en el que se unían dos en uno sólo, que por pecar de soberbios Zeus los separó para que anduvieran uno en la búsqueda del otro durante toda su vida. Este relato tilda de poético, además de bello; pues no hay nada más hermoso que amar a la persona que nos complementa, de encontrar a nuestra media naranja y que sea mutuo el sentimiento. Después de eso no veo razón alguna por la cual haya que buscar más, si ya se ha encontrado a esa otra alma que llena nuestros propios vacíos.
En este mismo orden de ideas, el mencionado filósofo hace mención en que “… los hombres no han llegado aún en manera alguna a sentir en sí la potencia de Amor…” (p. 111), pues no se han dignado a unirse dos como uno para salvar a la humanidad. Y ante esta cuestión surge la pregunta ¿se puede vivir sin amor? Pareciera que la vida encuentra su verdadero sentido cuando se impregna de los sentimientos propios de la vida humana. 
No obstante, el diálogo nos indica que Eros sale y entra del alma sin que nos demos cuenta. La experiencia nos dice que el amor no avisa y sólo nos damos cuenta que estamos enamorados, cuando el amado está dentro de nuestros pensamientos en cada momento y se desea tener cerca a cada instante. Y de esta manera se hacen locuras, el amante logra soportar vergüenza por el amado. El poder del amor, otorga valentía. Las obras bellas de Eros otorgan el perdón y la redención. Lo amargo de ello sería que no fuese reciproco y cada esfuerzo se de en vano. Dos haciendo unidad es lo ideal. 
Sobre el origen de Eros, muchas son las teorías que se muestran en El Banquete, eros ama la belleza, pero él no es bello y como lo bello es bueno, Eros no lo es; ni tampoco es un Dios porque los dioses son bellos y buenos. Entonces, Eros es un demonio mensajero que se encuentra en el justo medio entre los mortales y los dioses. Surge con el aporte de Sócrates la frase amor platónico, pues es aquel que se desea más no se tiene.
Eso convierte al amor en un sentimiento que produce sufrimiento, amar implica a su vez sufrir, pues en muchas oportunidades desear lo que no se tiene produce ansiedad, celos, inquietud, desconcentración, lágrimas y desdicha. Y de igual manera, la desdicha se mantiene mientras el amor está. Cuando se ama se desea que el amado esté por siempre a nuestro lado y eso produce intranquilidad. Muchos se encuentran conscientes de ello y toman el riesgo, porque amar produce la sensación de estar vivo 

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