Nunca se me ha entendido cuando digo que estudio Filosofía, ya que
suele asociarse con Psicología o Sociología. El venezolano común no sabe ni qué
es, ni para qué sirve y mucho menos por qué a alguien se le ocurre estudiarla
en la Universidad. Se te llama loca, complicada y hasta satánica. Te imaginan
como una persona retraída, leyendo todo el día, que pierdes el tiempo con ello
y que posees un escaso círculo de amistades que para colmo tienen aspecto
desaliñado, con cara de locos todos.
En Venezuela, poco a poco se fueron eliminando del bachillerato
(salvo uno que otra institución privada) las asignaturas como Filosofía, Latín
y Lógica; dándose prioridad a las Ciencias Naturales. El currículo de los
liceos bolivarianos para el 2007 planteaba el aprendizaje de la Filosofía,
Ética y Sociedad con contenido que pertenecía al ramo de la Psicología. Y leo
aterrorizada el que se discute desde octubre de 2013, porque no posee ni una
pizca de elementos humanísticos.
Entonces, cómo echarle la culpa a las personas que se les pierde
la mirada al escuchar la palabra “filosofía”, si el ministerio de donde
provienen los mandamientos para la educación básica y diversificada considera
innecesario su estudio.
Hemos olvidado su origen. Etimológicamente
hablando, el vocablo filosofía proviene del griego antiguo φίλος (philos =
amor) y σοφία (sophia = sabiduría) que significa amor a la sabiduría. Esto
quiere decir que el filósofo gusta del saber y que para llegar a él, hace uso
de la duda, la reflexión, la crítica y la contemplación. Eso ha dado como
resultado todos y cada uno de los saberes que se conocen hoy en día. Por ello,
la filosofía es la madre de todas las ciencias, el hombre ha sido su fuente de
estudio y cada uno de los problemas que le atañen, han sido abordados por ella.
La filosofía es como el faro que alumbra el trayecto de las
embarcaciones hacia los puertos, me decía una vez un
profesor.
Su utilidad es muy sencilla pero valiosísima, orienta al ser
humano en la resolución de problemas. Cuando una persona adquiere conocimientos
de lógica, latín, griego, ética, moral, derecho, estética, lenguaje, historia
local y extranjera, entre otros; y además lee e interpreta a distintos
pensadores y corrientes de cada una de las edades históricas, produce una
cierta transformación de su propia estructura de pensamiento. Ya no encontramos
a un individuo que se deja llevar por las tendencias, sino que es capaz de
cuestionar, crear y proponer soluciones ajustadas a su realidad, al visualizar
la raíz del problema.
Lamentablemente, esta percepción del para qué estudiar Filosofía
la tenemos muy pocos, pues he podido oír de muchos compañeros de estudio, que
el amor a la sabiduría no sirve para nada o que es un
pasatiempo usado para llenar vacíos de tiempo en sus vidas.
Venezuela se ha quedado sin luz en los puertos y sus embarcaciones
naufragan sin llegar a costas seguras. El abandono de la enseñanza de las humanidades
es palpable, la crítica sólo caldea en las lenguas de faranduleros, la
destrucción del lenguaje se nota hasta en las leyes y la única duda presente en
el venezolano común, es en dónde podrá conseguir leche, aceite o papel
toilette.
Certera entrada, sin duda.
ResponderEliminarNos leemos.
Saludos.